Ixquic: Significa sangre vigorosa, era la joven hija de Cuchumaquic señor del inframundo- Xibalbá. La princesa, asciende desde el inframundo a la superficie de la tierra, tal cual se produce en un proceso de germinación.
Se
ha metido el sol y el fuego abrazador cuida mi noche bajo la luz de Ixel, veo a
Balam pasear entre las ramas, me veo en sus profundos ojos negros, sé que me
llama sin decir alguna palabra o emitir algún ruido, mi espíritu sabe que
quiere decime algo; cerré los ojos y volví a recorrer aquel camino que me
llevaba al rio de sangre, solo que ahora, un colibrí emprendía el vuelo y se
posaba sobre el templo convertido en quetzal... - Creo que me quede
dormida gran parte de la noche, no entiendo porque sigo soñando con lo mismo,
ya no le tengo miedo a lo que veo, es más, pareciera que conozco perfectamente
el lugar como la palma de mi mano.-
Cuando "llegue" aquí, estaba muy asustada, solo recuerdo que estaba tomando una taza de café con leche, mientras terminaba de enviar unos reportes
topográficos de la excavación que estábamos haciendo en el instituto de
preservación arqueológica e histórica; habiamos encontrado dos esqueletos semi
completos, uno con aparente traumatismo craneoencefálico y el otro con una
aguja de mantarraya clavada en donde se encontraba el corazón y a lado del
cuerpo más desgastado en la mano derecha empuñada una hoja de obsidiana,
parecía ser un cuchillo, por el desgaste de los huesos y mal deformaciones por
el paso del tiempo, no pude identificar a simple vista el sexo de cada uno, logramos recoger completamente cada uno de los huesos y objetos
encontrados, yo guarde el cuchillo de obsidiana para poder analizarlo mejor,
algo me hizo sentir una conexión con la hoja filosa, me fui a dormir después
de terminar mi café, por primera vez soñe con las escaleras y los ríos, desperté de sobresalto bajo el rayo del sol, con el cuchillo de obsidiana en mi mano... no entendí nada,
pensé que era un sueño inducido por la emoción de las excavaciones, pero
pasaron las horas y solo me quedo caminar para ver si encontraba a alguien que
me explicase en donde me encontraba, mire al horizonte y vi entre la
selva verde una construcción que me era familiar, ya había estado ahí, pero se veía
diferente, era el Templo de las Inscripciones en Palenque, habían personas a mi
alrededor que parecían saber quién era yo, una niña piel morena apareció
corriendo con una mujer con orejeras verdes, gritándome sorprendidas, -
¡Ixquic!- me llamaban como a la sangre, me abrazaron, tome
consciencia de que todo era real, me vi en el reflejo de la hoja de
obsidiana, mis ojos eran los mismos, pero todo lo demás, la ropa, el cabello,
los tatuajes y las perforaciones no eran mías.
Sé que
estoy en mi hogar, pero aún permanecen las dudas y la extraña sensación de
peligro.
Wow! tienes una novela en tu corazón y tu cabeza, sigue escribiendo, eres muy talentosa y vas tejiendo de manera hermosa lo histórico y lo fantástico.
ResponderEliminarMe encanta tu historia, quiero saber qué más pasa.
ResponderEliminarCuando vi la foto me gustó muchísimo, y al leer me gustó mucho como se tejía, me gustó mucho mucho.
ResponderEliminarSin duda alguna increíble conocer la historia a través de tus relatos; mágicos... pero con tanta verdad. Sigamos leyendoTE!
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