Xibalbá, en quiché: Lugar oculto. El inframundo maya, para acceder a él, según el Popol Vuh, se debía descender por unas escaleras a un rio que recorría barrancos y jícaros espinosos, que llegaban a un rio de sangre. 


Hace 15 años desperté en un cuerpo y en una vida que no eran míos, en una época totalmente alejada de lo que yo conocía; logre adaptarme y entender la vida que tengo ahora. Pero recurrentemente el mismo sueño atormenta mis lunas…

Me encontraba en una cueva, la entrada me llevaba a unas escaleras que descendían en la obscuridad, un campo verde se asomaba tras el último escalón.
El cielo estrellado parecía marcarme un camino, un rio de sangre se extendía por un costado, niebla verde nacía de una estructura, un templo con murales, de ellos el monstruo de la tierra brotando entre las grecas; en mi mano izquierda llevaba una llave de obsidiana, a mi alrededor se contaba la historia del dios destructor, en el fondo una densa obscuridad que se abría paso a la luz con antorchas de papel, un camino ancho al que no podía acceder ni ver con claridad, al final del templo una descripción familiar resplandecía entre los otros glifos: 
“Ma´lo talel´ti Xibalba”- Bienvenidos a Xibalbá.


Foto hecha por la autora.

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