Ajq´ij, en quiché: “el contador de los días” por el sufijo “aj” que es un “marcador del tiempo pasado”, aunque también significa “despertar” o “despierto”, y de “q´ij” cuya traducción es “sol” o “día”. La función de estos guías espirituales es la de ejercer la virtud y orientar a la población, contabilizar el tiempo, armonizar y poner en orden la vida de los humanos en relación de con la madre tierra y con los antepasados.



La verde y sombria selva maya no ha dejado de sorprenderme, la historia que en ella yace es impresionante, hubiera querido ver en su total majestad la ciudad de Lakamha´, pero mis padres y el pueblo que quedo migraron alrededor de la ciudad, 8 años antes de que yo naciera, aún comerciamos cerca del templo de las transcripciones (bueno, así lo llama la historiadora que aún vive en mis adentros).  Digamos que, en esta vida, soy descendiente del ultimo linaje de la realeza de Palenque, tengo dos hermanos mayores, mi madre sigue viva y por obvias razones el pueblo se tuvo que adaptar para sobrevivir, vivimos en una pequeña urbe a dos kilómetros de la antigua ciudad, mi hermano Akbal, es el Señor de nuestro asentamiento, y su gemelo, mi hermano Lamat es el líder de los guerreros y guía de los cazadores, en esencia mis hermanos son la noche y la estrella, por que cuando nacieron, mi madre le pidió al dios Chac Bolay y a Lahun Chan que guiarán a los gemelos en su porvenir en la tierra, en cambio mi nacimiento, cuenta mi madre, fue un regalo, llegue al mundo muerta, mi padre triste, le pidió a los señores del inframundo que me permitieran la vida, y me rociaron con la sangre de mi madre por orden del  Ajq´ij; comencé a llorar y me pusieron por nombre sangre vigorosa, también predijo que yo sería entre las doncellas la más fuerte y en mis manos llevaría la vida y la muerte. Realmente gracias al Ajq´ij, es que me he mantenido cuerda estos años, es el único que sabe quien soy yo, siempre me repite lo mismo:

“Eres la vida que germina en el tiempo, permaneces como la tierra y la luz”

- ¿Cómo?, no lo sé, el cree que esta es mi primera vida, y que la que recuerdo y tengo más presente, es la segunda, pero bueno, volviendo al presente, llevo dos días durmiendo en la selva esperando mi comida, a veces pienso que soy  muy torpe cazando y por eso prefiero venir sola, soy de las pocas mujeres cazadoras, me siento privilegiada, aunque rota, porque prácticamente no recuerdo como aprendí a hacerlo, pero es mágico el proceso, cierro los ojos y respiro profundo, hasta que mi mente entra en trance con la naturaleza, mi oído se hace más agudo, escucho todo a mi alrededor, y cuando escucho el crujido de las ramas, se que es momento de abrir los ojos y sorprender a mi presa… pero por ahora, regresare a casa, no hay nada que cazar, así ha estado este mes, creemos que es por la sequia que nos ha acompañado esté ultimo año, que Chaac se apiade de nosotros.- 


 Ikal/En busca del espíritu, foto hecha por la autora.





Comentarios

  1. Que bella foto!, “Eres la vida que germina en el tiempo, permaneces como la tierra y la luz”, esta frase se hará eterna. Que fuerte lo de ser cazadora, proveer y preservar estando en sintonía con la naturaleza.

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  2. Me gusta mucho tus experiencias en la selva, cómo describes a tu familia y la foto con la pintura en tu cara. :)

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